viernes, 26 de junio de 2015

MITOS Y LEYENDAS III


DUENDES AREQUIPEÑOS

Muchas veces habrá oído hablar de los duendes dice que son pequeños hombrecitos de menudas proporciones, tienen una barba larga y a veces llevan un sombrero grande.

Se dice del origen de los duendes son de aquellos niños que mueren sin ser bautizados o los fetos que fueron abortados y echados al río, también dicen que las mujeres que tenían relaciones fuera del matrimonio orinan duendes, para prevenir que niños fallecidos se conviertan en duendes es hacer un señal de la cruz con agua bendita y Juego enterrarlo junto al pequeño, la cruz también bendecida.

Los adultos no pueden ver a los duendes ya que estos son invisibles ante los ojos del adulto impuro, y visibles para los niños puros.

Son pequeños seres traviesos, se divierten con los humanos, haciéndoles bromas de toda clase, ellos se esconden bajo las camas y los pesados muebles y en los cuartos oscuros, viven en los lagos que han sido engendrados en callejones oscuros, en los zaguanes mal iluminados o en la tibia intimidad de los maizales. Ellos hacen un sin fin de cosas, tocan el cuerpo de las personas y se esconden y agarran cualquier objeto y los ponen en cualquier lugar, anudan las piernas de los pantalones, también ocultan tesoros y saben dónde encontrar el Oro.

A veces tocan una flauta y atrapan la voluntad de la gente, dejándose llevar por su magia hasta sus dominios.

Algunos duendes son viejos barbaros y pequeños, estos son malignos y peligrosos causan terror a quienes lo ven, a veces se pegan a las espaldas de los humanos y como no hay como desprenderse de estos, pueden conllevara la muerte.

También adormecen y reaniman a los hombres soplándoles el rostro, dicen que sus excrementaron color amarillo y cuando cae el sol se volatizan, muchas veces imitan el llanto del bebe, confundiéndolos.

La única forma de deshacernos de estos duendes maléficos, es hacer llorar a un niño, y a un duende



MITOS Y LEYENDAS II

El diablo de la catedral


El diablo que existe en la catedral de Arequipa vino de Francia, de acuerdo al legado de la señora Javiera Lizárraga de Álvarez Comparet. Dicen que como Dios, el diablo está en todas partes, pero en bulto y con cola agárrense feligreses, está nada menos que en la catedral de Arequipa que debe ser uno de los lugares del mundo, tal vez el único, en que una imagen da Satanás se luce al interior de una iglesia.

Si bien la imagen del amo del infierno no recibe veneración pública, cabeza y cuerpo con alas y cola enroscada de serpiente, esta hermosa’ obra de ebanistería se mandó construir por disposición testamentaria de la señora Javiera Lizárraga de Álvarez Comparet, de los talleres de Buisine — Rigot en Lille (Francia) el arequipeño Don Juan Mariano de Goyeneche y Gamio, quien por los tiempos en que se fabricaba el pulpito era ministro plenipotenciario del Perú, en Francia, fue el encargado de gestionar la feliz culminación de la obra que fue terminada después de 15 meses de trabajo y a un costo de 25,000 Francos (Gracias señora Javiera), lo curioso del caso es que el pulpito estuvo apto para traerse a Arequipa el Fatídico año de 1879. y cuando ya habían llegado a Francia las noticias de la guerra que el Perú sostenía contra Chile, no sabemos cómo «cosas del Diablo» decían mi abuela en medio de la guerra, con los puertos peruanos asediados y bloqueados, con las rutas marítimas súper vigiladas, etc. 



miércoles, 24 de junio de 2015

MITOS Y LEYENDAS I



LA MANO DEL CEMENTERIO


Esta es una historia real, pasó en la ciudad de Arequipa, es de una joven hermosa que siempre maltrataba a su madre.
Ésta un día le brindó una golpiza que hizo que su madre la maldijera.


Esta joven falleció antes que su madre. La enterraron, pero a los tres meses su madre se percató de que la mano de su hija sobresalía de la tumba. Hizo que la enterraran por encima. A los tres meses de nuevo se dio cuenta de que la mano de su hija sobresalía. Esta, preocupada, llamó a un sacerdote para que observara el caso. Este la bendijo y la mano ya no volvió a salir.

Después de años la gente que vivía en las inmediaciones del cementerio comenzó a observar a una joven toda de blanco vagabundear por el cementerio.

Una noche un DJ de la ciudad que siempre pasaba por ahí después de su noche de trabajo se fijó en una joven, le dijo que subiera a la moto, ella accedió y sólo se inmutó al decir dónde vivía; él la tomó de la mano y notaba que era demasiada blanca y helada, le prestó su casaca y la llevó a su casa.

Al día siguiente se dio cuenta de que le había prestado su casaca a la joven, fue a su casa y al preguntar por ella su madre se enfureció y casi lo maltrata, pero le sorprendió la insistencia del joven así que le dijo que su hija había muerto. Él no le creyó ya que la noche anterior la había visto, la madre lo llevó a la tumba de la hija y para sorpresa de los dos estaba la casaca sobre la tumba. Los dos se volvieron locos: el chico se suicidó en el manicomio y de la señora no se sabe nada.

Hasta ahora se le puede ver a Monica, la condenada, en las inmediaciones del cementerio de esta ciudad.