LA NOVIA SIN CABEZA

Gracias le dije y yo no estaba tan preocupado por ninguna de
esas viejas leyendas de vampiros, fantasmas y duendes que existen, yo no creo
en ese tipo de historias, en cualquier caso yo siempre me había caracterizado
por mi valentía.
Ya había recorrido gran parte del camino para llegar a la vieja
casona donde vivo, cuando atraviese por la callejuela de Santa Catalina, vi
algo inesperado, a escasos metros pude ver la figura de una dama , llevaba un
vestido blanco y manchado de sangre, sosteniendo en una de sus manos una cabeza
y a esos escasos metros escuche que lloraba.
Quede consternado por lo inexplicable y sobrenatural, me detuve
por unos minutos y espere que aquella entidad misteriosa desaparezca, sin
embargo recordé el crucifijo que lo tenía en mi bolsillo, y este me dio valor
para seguir mi camino, porque si no me tardaría en llegar a mi casa a
descansar.
Cuando di unos cuantos pasos hacia adelante quede más
estremecido al ver que aquella espantosa dama se acercaba a mí. Su rostro
ensangrentado en su mano me lleno de espanto y terror. No pude seguir caminando
mi cuerpo se deslizo al suelo del susto en esos momentos temí por mi vida y mi
corazón latía más rápido, metí mi mano al bolsillo y saque el crucifijo que me
dio mi amigo el párroco.
Al acercarse más la aterradora figura de la mujer pensé que este
podía ser el fin de mi existencia y me daría un ataque de susto. Tenía el
crucifijo en mis manos y con mucho esfuerzo con mis manos tembloroso apunte el
crucifijo hacia ella.
Entonces escuche un horrible y bestial llanto, la desgarradora
figura empezó a alejarse de mi rápidamente, perdiéndose por el callejón que
está detrás de la Catedral.
Me levante de la helada pista y con el crucifijo en mi mano me
arme de valor y decidí perseguirla, recorrí una cuadra de la calle San
Francisco y luego al dirigir mi mirada hacia las afueras de la catedral vi que
su cuerpo empezaba a elevarse y así perderse en la oscuridad del infinito
cielo.
Al día siguiente desperté muy tarde y al recordar lo que me pasó
en la noche no podía creerlo, me había encontrado cara a cara con la novia sin
cabeza, una leyenda de hace mucho tiempo, dicen que era una dama que un día
antes de casarse sufrió un accidente, y estuvo a punto de perder la cabeza, por
eso sale en las noches a deambular por las calles haciendo asustar a los
incrédulos transeúntes que caminan muy de noche. Salí de mi casa a ver a mi
amigo el párroco y agradecerle por haberme proporcionado su crucifijo porque si
no lo hubiera hecho, tal vez no hubiera vivido para contarlo.
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